En nuestra apuesta colectiva por ganarle el pulso al coronavirus, encontramos que en el canal Horeca contamos con varios departamentos cuyas tareas inciden directamente en el flujo de contagio del virus.

Entre ellos el servicio de lavandería, ya que los textiles son un foco de transmisión de bacterias y virus, así pues su buen hacer en la actividad que les compete, precisamente la descontaminación de dichos tejidos, hacen que su trabajo y labores de I+D+i sean, en estos tiempos, cruciales para que todo aquel elemento textil que se encuentra en contacto directo con clientes y personal, no propague la COVID-19 entre el resto de clientes o miembros del equipo profesional.

 

«En el mundo del canal Horeca, tanto hoteles como restaurantes, cafeterías… han visto cómo sus servicios de limpieza y lavandería eran grandes aliados para hacer frente al contagio y mostrar así a sus clientes que los establecimientos son seguros en estos momentos.»

 

El contagio por el SARS-CoV-2 ha condicionado nuestra vida, eso es algo de lo que no cabe objeción alguna, tanto nuestro ámbito personal como el profesional se han visto abocados al vaivén de las olas de contagio, las curvas y mesetas de incidencia… Sin embargo, esta situación crítica y anodina ha servido para evidenciar y poner en valor la importancia de sectores que hasta el momento se mantenían quizás subestimados.

En el mundo del canal Horeca, tanto hoteles como restaurantes, cafeterías… han visto cómo sus servicios de limpieza y lavandería eran grandes aliados para hacer frente al contagio y mostrar así a sus clientes que los establecimientos son seguros en estos momentos. Algo que precisamente por los tiempos que corren, es algo crucial para mantener y fidelizar a los clientes. Respecto a ello, el informe realizado por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, dependiente de la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación de la Secretaria de Estado de Sanidad, sobre “Información Científica-Técnica. Enfermedad por coronavirus, COVID-19” (Actualización del 15 de enero de 2021), aborda la transmisión por superficies contaminadas, una cuestión relevante para controlar el contagio del virus para todos, pero en especial para los establecimientos. En dicho epígrafe se documenta que “en estudios experimentales con altos inóculos (104-107 copias de RNA viral) de SARS-CoV-2 (mucho mayores de lo que contiene una gota de secreción respiratoria tras la tos o el estornudo), se pudo identificar virus viable en superficies de cobre, cartón, acero inoxidable, y plástico a las 4, 24, 48 y 72 horas, respectivamente a 21-23ºC y con 40% de humedad relativa. En otro experimento similar, a 22ºC y 60% de humedad, dejó de detectar el virus tras 3 horas sobre superficie de papel (de imprimir o pañuelo de papel), tras 1 a 2 días sobre madera, ropa o vidrio y más de 4 días sobre acero inoxidable, plástico, billetes de dinero y mascarillas quirúrgicas. Según exponen, se comienza a dejar de detectar el virus tras 1 o 2 días en la ropa. Y, ya que en hoteles y restaurantes los tejidos se encuentran por doquier: sábanas, toallas, manteles, uniformes…, todos con contacto directo tanto con clientes como con personal del establecimiento, es vital que el servicio de lavandería se encargue de aplicar las técnicas y tratamientos químicos correspondientes para que estos elementos no sean un foco de transmisión.

“A raíz de la pandemia por la COVID-19 se ha puesto de manifiesto la presencia de ciertos elementos invisibles en los tejidos que pueden ser nocivos para la salud, como virus y bacterias. En este sentido, las lavanderías y procesos de lavado y desinfección han cobrado especial relevancia.

Hay ciertos ámbitos, como las residencias de gente mayor, los hospitales o los hoteles donde este aspecto se convierte ahora en crucial, ya que es vital contar con un proceso y unos protocolos que garanticen seguridad en los procesos de lavado. Hay que tener en cuenta que los distintos tipos de virus y microorganismos pueden llegar a subsistir en los tejidos desde unas pocas horas hasta varios días y esto es un factor a tener en cuenta para luchar contra la propagación de la COVID-19. La lavandería “juega un papel muy importante ya que una gran cantidad de virus y bacterias se trasmiten por la ropa.
Un buen lavado y desinfectado de la misma es fundamental para evitar esta propagación. Ciertamente la higiene ha cobrado relevancia, y ayudará seguro a profesionalizar el sector y dar la importancia que se merece al proceso de lavado”.

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